Descripción: La interfaz externa se define como un punto de interacción entre un sistema y entidades o sistemas externos. Este concepto es fundamental en la arquitectura de sistemas, ya que permite la comunicación y el intercambio de información entre diferentes componentes, ya sean hardware o software. En el contexto de sistemas operativos y plataformas de software, la interfaz externa puede referirse a las APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones) que permiten a los desarrolladores interactuar con el sistema y aprovechar sus funcionalidades. En arquitecturas basadas en microkernels, la interfaz externa es crucial para la modularidad y la comunicación entre procesos, ya que permite que diferentes servicios se comuniquen de manera eficiente y segura. Las características principales de una interfaz externa incluyen su capacidad para abstraer la complejidad del sistema subyacente, proporcionar un acceso estandarizado a las funcionalidades y facilitar la integración de nuevos componentes o sistemas. La relevancia de las interfaces externas radica en su papel en la interoperabilidad y la escalabilidad de los sistemas, permitiendo que diferentes tecnologías y plataformas trabajen juntas de manera efectiva.