Intradérmico

Descripción: El término ‘intradérmico’ se refiere a un tipo de inyección o procedimiento que se realiza dentro de las capas de la piel, específicamente en la dermis, que es la segunda capa de la piel situada justo debajo de la epidermis. Este método se utiliza para administrar medicamentos, vacunas o realizar pruebas diagnósticas. La técnica intradérmica se caracteriza por su capacidad para provocar una respuesta local en el sitio de la inyección, lo que la hace especialmente útil en aplicaciones donde se requiere una respuesta inmunológica o una evaluación de la sensibilidad cutánea. La inyección intradérmica se realiza con una aguja muy fina y en un ángulo específico, lo que permite que el líquido se introduzca en la piel sin penetrar en el tejido subcutáneo. Este procedimiento es menos doloroso que las inyecciones intramusculares y subcutáneas, y su uso se ha vuelto común en diversas áreas de la medicina, incluyendo la dermatología y la inmunología. La técnica intradérmica es fundamental para la administración de ciertas vacunas, como la de la tuberculosis, y para pruebas de alergia, donde se evalúa la reacción del cuerpo a alérgenos específicos.

Historia: El uso de inyecciones intradérmicas se remonta al siglo XIX, cuando se comenzaron a explorar diferentes métodos de administración de medicamentos. En 1866, el médico alemán Hermann von Helmholtz realizó experimentos que sentaron las bases para la inyección intradérmica. Sin embargo, fue en 1906 cuando el médico francés Charles Mantoux desarrolló la prueba de Mantoux, que utiliza la inyección intradérmica para detectar la infección por tuberculosis. Desde entonces, esta técnica ha evolucionado y se ha utilizado en diversas aplicaciones médicas, incluyendo la administración de vacunas y pruebas de alergia.

Usos: Las inyecciones intradérmicas se utilizan principalmente en la administración de vacunas, como la vacuna contra la tuberculosis, y en pruebas de alergia, donde se evalúa la reacción del cuerpo a alérgenos específicos. También se utilizan en tratamientos de ciertas enfermedades dermatológicas y en la administración de medicamentos que requieren una respuesta local.

Ejemplos: Un ejemplo de uso intradérmico es la prueba de Mantoux, que se utiliza para detectar la infección por tuberculosis. Otro ejemplo es la administración de vacunas en algunos casos, donde se prefiere una respuesta inmunológica local.

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