Descripción: El IoT de banda estrecha es una tecnología de red de área amplia de bajo consumo (LPWAN) diseñada para aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT). Esta tecnología permite la conexión de dispositivos que requieren transmitir pequeñas cantidades de datos a largas distancias, utilizando un consumo energético mínimo. A diferencia de las redes tradicionales, el IoT de banda estrecha se centra en la eficiencia y la cobertura, lo que lo hace ideal para entornos donde la conectividad puede ser un desafío. Las características principales incluyen la capacidad de soportar miles de dispositivos en una sola celda, la transmisión de datos a través de frecuencias sub-GHz, y la posibilidad de operar en condiciones adversas. Su relevancia radica en la creciente necesidad de soluciones de conectividad que faciliten la automatización y el monitoreo en tiempo real, aspectos fundamentales de la Industria 4.0. En este contexto, el IoT de banda estrecha se convierte en un habilitador clave para la digitalización de procesos, permitiendo la recolección de datos y la comunicación entre máquinas de manera eficiente y efectiva.
Historia: El concepto de IoT de banda estrecha comenzó a tomar forma a principios de la década de 2010, cuando se identificó la necesidad de una tecnología que pudiera conectar dispositivos de bajo consumo en áreas extensas. En 2016, la 3GPP (3rd Generation Partnership Project) estandarizó la tecnología como NB-IoT, lo que permitió su adopción masiva en diversas aplicaciones. Desde entonces, ha evolucionado rápidamente, impulsada por la demanda de soluciones IoT en sectores como la agricultura, la salud y la gestión de ciudades inteligentes.
Usos: El IoT de banda estrecha se utiliza en una variedad de aplicaciones, incluyendo la monitorización de activos, la gestión de recursos hídricos, el seguimiento de la cadena de suministro y la agricultura de precisión. Su capacidad para operar en entornos difíciles y su bajo consumo energético lo hacen ideal para dispositivos que requieren una larga duración de batería y conectividad constante.
Ejemplos: Ejemplos concretos de IoT de banda estrecha incluyen sensores de temperatura que envían datos sobre las condiciones del suelo, medidores de agua inteligentes que reportan el consumo en tiempo real, y dispositivos de seguimiento de activos que permiten a las empresas localizar sus productos en la cadena de suministro.
