Descripción: La práctica de hacer un proceso más eficiente eliminando desperdicios y mejorando el flujo es fundamental en la ingeniería de software, ya que busca optimizar el rendimiento y la calidad del desarrollo de aplicaciones. Este enfoque se basa en la identificación y eliminación de elementos que no aportan valor al proceso, como redundancias, ineficiencias y cuellos de botella. Al mejorar el flujo, se facilita la colaboración entre equipos, se acelera el tiempo de entrega y se incrementa la satisfacción del cliente. La eficiencia en los procesos de software no solo se traduce en un uso más efectivo de los recursos, sino que también permite una mayor adaptabilidad a los cambios y una mejor gestión de riesgos. En este contexto, se utilizan diversas metodologías y herramientas, como Lean, Agile y DevOps, que promueven la mejora continua y la integración de prácticas que fomentan la calidad y la rapidez en el desarrollo. La eliminación de desperdicios puede abarcar desde la simplificación de la arquitectura del software hasta la automatización de pruebas y despliegues, lo que resulta en un ciclo de vida del software más ágil y eficiente. En resumen, esta práctica es esencial para construir sistemas robustos y escalables que respondan a las necesidades cambiantes del mercado y de los usuarios.
