Descripción: La latencia inherente se refiere al retraso natural en la transmisión de datos debido a las propiedades físicas de la red. Este fenómeno es una característica intrínseca de cualquier sistema de comunicación, ya que los datos deben viajar a través de diversos medios, como cables de fibra óptica, redes inalámbricas o incluso el aire. La latencia puede ser influenciada por varios factores, incluyendo la distancia entre el emisor y el receptor, la velocidad de la luz en el medio de transmisión, y el procesamiento que los datos deben sufrir en los dispositivos intermedios, como enrutadores y conmutadores. En términos de calidad de servicio (QoS), la latencia inherente es un aspecto crítico, ya que puede afectar la experiencia del usuario en aplicaciones sensibles al tiempo, como videoconferencias, juegos en línea y transmisión de video en tiempo real. La medición de la latencia se realiza comúnmente en milisegundos (ms), y una latencia baja es deseable para garantizar una comunicación fluida y eficiente. Por lo tanto, entender y gestionar la latencia inherente es esencial para diseñar redes que ofrezcan un alto nivel de calidad de servicio y satisfagan las expectativas de los usuarios en un entorno digital cada vez más exigente.