Descripción: LoRa (Long Range) es una tecnología de comunicación inalámbrica diseñada para aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT) que permite la transmisión de datos a largas distancias con un consumo de energía extremadamente bajo. Esta plataforma se basa en un protocolo de modulación de espectro expandido, que permite la comunicación en entornos rurales y urbanos, donde las señales de radio pueden ser obstruidas por edificios y otros obstáculos. LoRa es especialmente valiosa en aplicaciones que requieren la transmisión de pequeñas cantidades de datos a intervalos prolongados, lo que la convierte en una opción ideal para sensores y dispositivos que funcionan con baterías. La tecnología LoRa opera en bandas de frecuencia sub-GHz, lo que le permite alcanzar distancias de hasta 15 kilómetros en áreas rurales y varios kilómetros en entornos urbanos. Su arquitectura de red permite la creación de redes de área amplia de baja potencia (LPWAN), donde múltiples dispositivos pueden conectarse a un solo gateway, facilitando la escalabilidad y la gestión eficiente de los recursos. LoRa ha ganado popularidad en el ámbito de la agricultura inteligente, la gestión de ciudades, el monitoreo ambiental y la logística, gracias a su capacidad para proporcionar conectividad en áreas donde otras tecnologías de comunicación no son viables.
Historia: LoRa fue desarrollada por la empresa Semtech en 2009, como parte de un esfuerzo por crear una tecnología de comunicación que pudiera operar a largas distancias y con bajo consumo de energía. En 2015, se fundó la LoRa Alliance, una organización sin fines de lucro que promueve la adopción de la tecnología LoRa y su interoperabilidad en el ámbito del IoT. Desde entonces, LoRa ha evolucionado y se ha convertido en un estándar ampliamente utilizado en diversas aplicaciones de IoT a nivel mundial.
Usos: LoRa se utiliza principalmente en aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT) que requieren comunicación a larga distancia y bajo consumo de energía. Esto incluye el monitoreo de cultivos en agricultura inteligente, la gestión de recursos hídricos, la supervisión de la calidad del aire, el seguimiento de activos en logística y transporte, así como en sistemas de gestión de ciudades para la administración de servicios públicos.
Ejemplos: Un ejemplo práctico de LoRa es su uso en sistemas de monitoreo de cultivos, donde sensores equipados con tecnología LoRa pueden enviar datos sobre la humedad del suelo y las condiciones climáticas a una plataforma central. Otro ejemplo es el uso de LoRa en sistemas de gestión de residuos, donde los sensores en los contenedores pueden informar sobre su nivel de llenado, optimizando así las rutas de recolección.