Descripción: El malware web se refiere a software malicioso que se distribuye a través de aplicaciones web o sitios web. Este tipo de malware puede adoptar diversas formas, incluyendo virus, troyanos, ransomware y spyware, y su principal objetivo es comprometer la seguridad de los sistemas informáticos de los usuarios. A menudo, el malware web se infiltra en los dispositivos a través de descargas engañosas, enlaces maliciosos o vulnerabilidades en el software del navegador. Una de las características más preocupantes del malware web es su capacidad para operar de manera encubierta, lo que dificulta su detección y eliminación. Además, puede ser utilizado para robar información sensible, como credenciales de acceso, datos financieros o información personal. La proliferación de dispositivos conectados a Internet y el aumento del uso de aplicaciones web han hecho que el malware web sea una amenaza cada vez más relevante en el panorama de la ciberseguridad. Por lo tanto, es crucial que los usuarios y las organizaciones implementen soluciones de antivirus y antimalware efectivas, así como prácticas de gestión de información y eventos de seguridad, para protegerse contra estas amenazas.
Historia: El concepto de malware web comenzó a tomar forma en la década de 1990 con el auge de Internet. A medida que más usuarios comenzaron a navegar por la web, los ciberdelincuentes vieron una oportunidad para explotar vulnerabilidades en los navegadores y en las aplicaciones web. Uno de los primeros ejemplos de malware web fue el ‘I Love You’ virus en el año 2000, que se propagó a través de correos electrónicos y afectó a millones de computadoras. Desde entonces, el malware web ha evolucionado significativamente, con el desarrollo de técnicas más sofisticadas como el phishing y el uso de exploit kits que permiten a los atacantes comprometer sistemas sin que los usuarios se den cuenta.
Usos: El malware web se utiliza principalmente para robar información sensible, como contraseñas, datos bancarios y otra información personal. También puede ser empleado para instalar software adicional no deseado en los dispositivos de los usuarios, lo que puede llevar a un mayor compromiso de la seguridad. Además, algunos tipos de malware web son utilizados para lanzar ataques de denegación de servicio (DDoS) contra sitios web, saturando sus recursos y haciéndolos inaccesibles. Las organizaciones también pueden ser blanco de malware web para obtener acceso a sus redes internas y robar información corporativa valiosa.
Ejemplos: Un ejemplo notable de malware web es el ransomware ‘WannaCry’, que se propagó a través de vulnerabilidades en sistemas operativos en 2017, afectando a miles de organizaciones en todo el mundo. Otro caso es el ‘Zeus Trojan’, que se utiliza para robar información bancaria y se distribuye a menudo a través de sitios web comprometidos. Además, los ataques de phishing que utilizan páginas web falsas para engañar a los usuarios y robar sus credenciales son ejemplos comunes de malware web en acción.