Descripción: El mantenimiento no programado se refiere a las intervenciones que deben realizarse en un sistema o infraestructura debido a problemas imprevistos que afectan su funcionamiento. Este tipo de mantenimiento puede surgir por fallos en el hardware, errores de software o problemas de configuración que no se habían anticipado. A diferencia del mantenimiento programado, que se lleva a cabo en momentos planificados para minimizar el impacto en las operaciones, el mantenimiento no programado puede interrumpir servicios críticos y requerir una respuesta rápida para restaurar la funcionalidad. Este tipo de mantenimiento es esencial para garantizar la disponibilidad y el rendimiento de los sistemas, ya que los problemas no detectados pueden llevar a tiempos de inactividad prolongados y afectar la experiencia del usuario. Las características principales del mantenimiento no programado incluyen su naturaleza reactiva, la necesidad de diagnósticos rápidos y la implementación de soluciones temporales o permanentes para mitigar los problemas. En un entorno tecnológico general, donde múltiples servicios pueden depender de la misma infraestructura, el mantenimiento no programado puede tener un efecto dominó, afectando a varios servicios y aplicaciones simultáneamente.
