Descripción: Una Máquina Virtual Basada en Kernel (KVM, por sus siglas en inglés) es una tecnología de virtualización que permite que múltiples máquinas virtuales se ejecuten en una sola máquina física. Esta tecnología se integra directamente en el núcleo del sistema operativo, lo que permite un acceso más eficiente a los recursos del hardware subyacente. A diferencia de otras soluciones de virtualización que operan a nivel de usuario, KVM convierte el núcleo de Linux en un hipervisor, lo que proporciona un rendimiento cercano al nativo. Cada máquina virtual tiene su propio espacio de usuario y puede ejecutar diferentes sistemas operativos, lo que la hace versátil y adecuada para diversas aplicaciones. KVM también permite la asignación dinámica de recursos, lo que significa que se pueden ajustar los recursos de CPU, memoria y almacenamiento según las necesidades de cada máquina virtual. Esta flexibilidad y eficiencia hacen que KVM sea una opción popular en entornos de servidores y en la nube, donde la optimización de recursos es crucial para el rendimiento y la escalabilidad.
Historia: La Máquina Virtual Basada en Kernel (KVM) fue introducida en 2007 por Qumranet, una empresa que fue adquirida por Red Hat. KVM se basa en la funcionalidad de virtualización que se incorporó al núcleo de Linux a partir de la versión 2.6.20. Desde su lanzamiento, KVM ha evolucionado significativamente, convirtiéndose en una de las soluciones de virtualización más utilizadas en entornos de servidores y en la nube. Su integración con el núcleo de Linux ha permitido que KVM se beneficie de las mejoras continuas en el rendimiento y la seguridad del sistema operativo.
Usos: KVM se utiliza principalmente en entornos de servidores para ejecutar múltiples sistemas operativos en una sola máquina física, lo que optimiza el uso de recursos y reduce costos. También es común en la infraestructura de nube, donde permite la creación y gestión de instancias virtuales de manera eficiente. Además, KVM se utiliza en entornos de desarrollo y pruebas, permitiendo a los desarrolladores crear entornos aislados para probar aplicaciones sin afectar el sistema operativo principal.
Ejemplos: Un ejemplo de uso de KVM es en plataformas de nube como OpenStack, donde se utiliza para gestionar instancias virtuales. Otro ejemplo es en empresas que implementan servidores virtuales para ejecutar aplicaciones específicas, como bases de datos o servidores web, permitiendo una mejor utilización de los recursos de hardware. También se utiliza en laboratorios de desarrollo para crear entornos de prueba para software antes de su lanzamiento.