Máquina Virtual Basada en Núcleo

Descripción: Una Máquina Virtual Basada en Núcleo (KVM, por sus siglas en inglés) es una infraestructura de virtualización que convierte el núcleo de Linux en un hipervisor, permitiendo que múltiples sistemas operativos se ejecuten simultáneamente en un solo hardware físico. Esta tecnología se basa en la capacidad del núcleo de Linux para gestionar recursos de hardware y proporcionar un entorno aislado para cada máquina virtual. KVM utiliza extensiones de virtualización de hardware, como Intel VT-x y AMD-V, para mejorar el rendimiento y la eficiencia de las máquinas virtuales. Cada máquina virtual se ejecuta como un proceso normal en el sistema operativo host, lo que permite una gestión más sencilla y un uso eficiente de los recursos. Además, KVM es compatible con una amplia variedad de sistemas operativos invitados, lo que lo convierte en una opción versátil para entornos de virtualización. Su integración con herramientas de gestión como libvirt y QEMU facilita la creación, gestión y migración de máquinas virtuales, lo que lo hace ideal para aplicaciones en la nube y servidores dedicados. En el contexto de la seguridad en IoT, KVM puede proporcionar un entorno seguro y aislado para ejecutar aplicaciones críticas, protegiendo así los dispositivos conectados de posibles amenazas externas.

Historia: La Máquina Virtual Basada en Núcleo (KVM) fue introducida en 2006 por Qumranet, una empresa que fue adquirida por Red Hat. Desde su lanzamiento, KVM ha evolucionado significativamente, convirtiéndose en una de las soluciones de virtualización más populares en el ecosistema Linux. Su integración en el núcleo de Linux a partir de la versión 2.6.20 permitió que KVM se convirtiera en una opción nativa para la virtualización en sistemas Linux, lo que facilitó su adopción en entornos empresariales y de nube.

Usos: KVM se utiliza principalmente en entornos de virtualización de servidores, donde permite ejecutar múltiples sistemas operativos en un solo servidor físico. También se emplea en la creación de nubes privadas y públicas, proporcionando una infraestructura flexible y escalable. Además, KVM es utilizado en entornos de desarrollo y pruebas, donde los desarrolladores pueden crear y gestionar máquinas virtuales para probar aplicaciones en diferentes sistemas operativos sin necesidad de hardware adicional.

Ejemplos: Un ejemplo práctico de KVM es su uso en OpenStack, una plataforma de computación en la nube que utiliza KVM como hipervisor para gestionar instancias de máquinas virtuales. Otro caso es el uso de KVM en servidores que requieren alta disponibilidad y escalabilidad, permitiendo a los administradores de sistemas crear y gestionar múltiples entornos de prueba y producción de manera eficiente.

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