Descripción: Un microarray de oligonucleótidos es una herramienta biotecnológica que permite la detección y análisis de secuencias específicas de ácidos nucleicos, como ADN o ARN. Este dispositivo consiste en una superficie sólida, generalmente un chip de vidrio o plástico, sobre la cual se han fijado miles de oligonucleótidos, que son fragmentos cortos de ADN o ARN. Cada oligonucleótido en el microarray está diseñado para hibridarse con una secuencia complementaria de ácido nucleico presente en una muestra biológica. Cuando se introduce la muestra, las secuencias que coinciden se unen a los oligonucleótidos específicos, lo que permite la identificación y cuantificación de las secuencias diana. La tecnología de microarrays es altamente paralela, lo que significa que puede analizar múltiples secuencias simultáneamente, lo que la convierte en una herramienta poderosa para la investigación genética y la biología molecular. Su capacidad para proporcionar información sobre la expresión génica, la variación genética y la identificación de patógenos ha revolucionado el campo de la bioinformática, facilitando el análisis de grandes volúmenes de datos biológicos de manera eficiente y precisa.
Historia: La tecnología de microarrays de oligonucleótidos comenzó a desarrollarse en la década de 1990, con avances significativos en la síntesis de oligonucleótidos y la miniaturización de dispositivos. Uno de los hitos importantes fue la creación del primer microarray comercial por Affymetrix en 1994, que permitió la genotipificación y el análisis de expresión génica a gran escala. Desde entonces, la tecnología ha evolucionado rápidamente, incorporando mejoras en la sensibilidad y la especificidad, así como en la capacidad de análisis de datos.
Usos: Los microarrays de oligonucleótidos se utilizan en diversas aplicaciones, incluyendo la investigación en genómica y transcriptómica, el diagnóstico de enfermedades, la identificación de patógenos y la farmacogenómica. Permiten a los investigadores estudiar la expresión de miles de genes simultáneamente, lo que es crucial para entender procesos biológicos complejos y desarrollar tratamientos personalizados.
Ejemplos: Un ejemplo práctico del uso de microarrays de oligonucleótidos es el análisis de expresión génica en cáncer, donde se pueden comparar perfiles de expresión entre tejidos tumorales y sanos para identificar biomarcadores. Otro ejemplo es la detección de variantes genéticas asociadas a enfermedades hereditarias, facilitando el diagnóstico y la investigación de tratamientos.