Descripción: El modelo monolítico es un enfoque arquitectónico que representa una única entidad unificada, donde todos los componentes y funciones están integrados en un solo sistema. Este modelo se caracteriza por su cohesión y simplicidad, lo que facilita la comprensión y el mantenimiento del sistema en su conjunto. En un contexto de software, un sistema monolítico puede ser visto como una única aplicación que incluye todas las funcionalidades necesarias, desde la interfaz de usuario hasta la lógica de negocio y la gestión de datos, todo en un solo código base. Esta integración permite un rendimiento optimizado, ya que las interacciones entre componentes son más rápidas y directas. Sin embargo, también puede presentar desventajas, como la dificultad para escalar y actualizar partes del sistema de manera independiente. A medida que las aplicaciones crecen en complejidad, el modelo monolítico puede volverse menos manejable, lo que ha llevado a la exploración de arquitecturas más flexibles, como los microservicios. A pesar de sus limitaciones, el modelo monolítico sigue siendo relevante en muchos contextos tecnológicos, especialmente en aplicaciones más pequeñas o en entornos donde la simplicidad y la rapidez de desarrollo son prioritarias.