Descripción: Un módulo conectable es un componente que se puede agregar o quitar fácilmente de un dispositivo para mejorar su funcionalidad. Estos módulos son fundamentales en el ámbito del Internet de las Cosas (IoT), ya que permiten la personalización y expansión de las capacidades de los dispositivos. Su diseño modular facilita la integración de nuevas tecnologías sin necesidad de reemplazar todo el sistema, lo que resulta en una mayor eficiencia y sostenibilidad. Los módulos conectables pueden incluir sensores, actuadores, módulos de comunicación y otros componentes que permiten a los dispositivos interactuar con su entorno y con otros dispositivos. Esta flexibilidad no solo optimiza el rendimiento, sino que también permite a los usuarios adaptar sus dispositivos a sus necesidades específicas, fomentando la innovación y la evolución constante de la tecnología. En un mundo donde la conectividad y la interoperabilidad son esenciales, los módulos conectables se han convertido en una pieza clave en la arquitectura de sistemas IoT, promoviendo un ecosistema más dinámico y adaptable.
Historia: El concepto de módulos conectables se ha desarrollado a lo largo de las últimas décadas, especialmente con el auge del Internet de las Cosas en la década de 2010. Aunque la idea de componentes intercambiables no es nueva, su aplicación en dispositivos inteligentes ha revolucionado la forma en que interactuamos con la tecnología. La evolución de estándares como Plug and Play y la miniaturización de componentes electrónicos han facilitado la creación de módulos que se pueden integrar fácilmente en una variedad de dispositivos.
Usos: Los módulos conectables se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, desde dispositivos domésticos inteligentes hasta sistemas industriales. Permiten la adición de funcionalidades como monitoreo ambiental, control de iluminación, y gestión de energía, entre otros. En el ámbito de la salud, se pueden integrar módulos para el seguimiento de pacientes o la monitorización de signos vitales.
Ejemplos: Un ejemplo de módulo conectable es el sensor de temperatura y humedad que se puede agregar a un sistema de domótica para controlar el clima en el hogar. Otro ejemplo es el módulo de comunicación que permite a un dispositivo IoT conectarse a internet y enviar datos a la nube para su análisis.
