Descripción: El monitoreo activo es un enfoque proactivo para supervisar sistemas y aplicaciones, diseñado para detectar problemas antes de que afecten el rendimiento o la disponibilidad. A diferencia del monitoreo pasivo, que se basa en la recopilación de datos históricos, el monitoreo activo implica la ejecución de pruebas y la recopilación de métricas en tiempo real. Esto permite a los administradores de sistemas identificar y resolver problemas de manera anticipada, optimizando así la eficiencia operativa. Las herramientas de monitoreo activo pueden incluir la supervisión de redes, el seguimiento de registros, y la evaluación del rendimiento de sistemas y aplicaciones. Además, se integra en entornos virtualizados, donde se requiere un monitoreo constante para garantizar la estabilidad de las máquinas virtuales. La segmentación de red también se beneficia del monitoreo activo, ya que permite identificar cuellos de botella y vulnerabilidades en tiempo real. En general, el monitoreo activo es crucial para mantener la integridad y el rendimiento de los sistemas, asegurando que las aplicaciones funcionen sin interrupciones. En resumen, el monitoreo activo es esencial para la gestión eficiente de infraestructuras tecnológicas complejas, proporcionando una visión clara y en tiempo real del estado de los sistemas y aplicaciones.