Descripción: La monitorización de API es el proceso de supervisar el rendimiento y la disponibilidad de las interfaces de programación de aplicaciones (API). Este proceso implica la recopilación de datos sobre el tiempo de respuesta, la tasa de errores, el uso de recursos y otros indicadores clave que permiten evaluar la salud y el funcionamiento de una API. La monitorización de API es esencial para garantizar que las aplicaciones que dependen de estas interfaces funcionen de manera eficiente y sin interrupciones. A través de herramientas especializadas, los desarrolladores pueden recibir alertas en tiempo real sobre problemas potenciales, lo que les permite tomar medidas proactivas para resolver fallos antes de que afecten a los usuarios finales. Además, la monitorización de API ayuda a identificar patrones de uso y a optimizar el rendimiento, lo que puede resultar en una mejor experiencia del usuario y en una mayor satisfacción del cliente. En un entorno donde las aplicaciones son cada vez más interdependientes, la monitorización de API se ha convertido en una práctica fundamental para las empresas que buscan mantener la competitividad y la fiabilidad de sus servicios digitales.