Descripción: Los neutrófilos son un tipo de glóbulo blanco, específicamente un tipo de leucocito, que desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico del cuerpo humano. Se caracterizan por su capacidad para fagocitar, es decir, engullir y destruir microorganismos patógenos, como bacterias y hongos. Los neutrófilos son los leucocitos más abundantes en la sangre, representando aproximadamente el 50-70% de todos los glóbulos blancos. Su vida útil es relativamente corta, oscilando entre 5 y 90 horas, dependiendo de su activación y el entorno en el que se encuentren. Estos glóbulos blancos son producidos en la médula ósea y se liberan en la circulación sanguínea, donde patrullan en busca de señales de infección o inflamación. Cuando detectan un patógeno, los neutrófilos se movilizan rápidamente al sitio de la infección, donde liberan enzimas y sustancias químicas que ayudan a descomponer y eliminar a los invasores. Además, son capaces de formar trampas extracelulares de ADN, conocidas como NETs (trampas extracelulares de neutrófilos), que atrapan y matan a los patógenos. Su función es vital para la defensa del organismo, y su número puede aumentar significativamente en respuesta a infecciones, lo que se traduce en un fenómeno conocido como neutrofilia.
Historia: El descubrimiento de los neutrófilos se remonta al siglo XIX, cuando se comenzaron a estudiar los diferentes tipos de glóbulos blancos. En 1873, el médico alemán Paul Ehrlich desarrolló técnicas de tinción que permitieron identificar y clasificar los leucocitos, incluyendo los neutrófilos. A lo largo del tiempo, se ha investigado su papel en la respuesta inmune, y en la década de 1930 se estableció su función como los principales fagocitos en el sistema inmunológico.
Usos: Los neutrófilos son utilizados en la medicina para evaluar la respuesta inmune de un paciente. Un recuento elevado de neutrófilos puede indicar una infección bacteriana aguda, mientras que un recuento bajo puede ser un signo de inmunosupresión o enfermedades hematológicas. Además, se estudian en investigaciones sobre enfermedades autoinmunes y trastornos inflamatorios.
Ejemplos: Un ejemplo práctico del uso de neutrófilos en la clínica es el análisis de hemogramas, donde se evalúa el recuento de neutrófilos para diagnosticar infecciones. En el caso de un paciente con fiebre y un recuento elevado de neutrófilos, los médicos pueden sospechar de una infección bacteriana y proceder a realizar cultivos para identificar el patógeno específico.
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