Descripción: La planificación no gestionada se refiere a la falta de supervisión en cómo se programan los procesos dentro de un sistema informático. En este contexto, los procesos se ejecutan sin un control centralizado que optimice su uso de recursos, lo que puede resultar en ineficiencias significativas. Esta forma de planificación puede llevar a situaciones donde algunos procesos monopolizan la CPU, mientras que otros quedan en espera indefinidamente. La ausencia de un algoritmo de planificación adecuado puede causar problemas como el ‘starvation’ (hambre de recursos) y el ‘thrashing’ (intercambio excesivo de procesos entre la memoria y el almacenamiento). En sistemas donde la planificación no está gestionada, los usuarios pueden experimentar un rendimiento inconsistente y una respuesta lenta del sistema, ya que no hay un equilibrio en la asignación de tiempo de CPU. Por lo tanto, aunque puede parecer una solución simple, la planificación no gestionada puede tener consecuencias adversas en la eficiencia y la estabilidad del sistema. En resumen, este enfoque carece de la estructura necesaria para garantizar que todos los procesos reciban un trato justo y equitativo, lo que es crucial para el rendimiento óptimo de cualquier sistema informático moderno.