Descripción: La preemción es la capacidad del sistema operativo para interrumpir un proceso en ejecución para iniciar o reanudar otro. Este mecanismo es fundamental en sistemas operativos multitarea, donde múltiples procesos deben compartir recursos de manera eficiente. La preemción permite que el sistema operativo asigne tiempo de CPU a diferentes procesos, garantizando que ninguno monopolice el procesador durante períodos prolongados. Esto es especialmente importante en entornos donde la respuesta rápida es crítica, como en sistemas de tiempo real o en aplicaciones interactivas. La preemción se implementa a través de un planificador que decide cuándo interrumpir un proceso en función de prioridades, tiempos de espera y otros criterios. Existen dos modos de operación en los sistemas operativos: el modo kernel y el modo usuario. En el modo kernel, el sistema operativo tiene acceso completo a los recursos del hardware, lo que le permite realizar tareas críticas, incluida la gestión de la preemción. En contraste, el modo usuario limita el acceso a los recursos del sistema, proporcionando un entorno más seguro para la ejecución de aplicaciones. La preemción, por lo tanto, es un componente esencial que permite a los sistemas operativos modernos gestionar múltiples tareas de manera eficiente y efectiva.
Historia: La preemción como concepto en sistemas operativos comenzó a desarrollarse en la década de 1960 con la llegada de los sistemas multitarea. Uno de los primeros sistemas en implementar la preemción fue el sistema CTSS (Compatible Time-Sharing System) en 1961, que permitió a múltiples usuarios interactuar con el sistema simultáneamente. A medida que la tecnología avanzaba, sistemas como UNIX (creado en 1969) adoptaron y perfeccionaron la preemción, estableciendo un modelo que influiría en muchos sistemas operativos posteriores.
Usos: La preemción se utiliza en sistemas operativos modernos para gestionar la ejecución de múltiples procesos, garantizando que los recursos del sistema se utilicen de manera eficiente. Es especialmente útil en aplicaciones que requieren una respuesta rápida, como videojuegos, sistemas de control industrial y aplicaciones de tiempo real. Además, la preemción es fundamental en entornos de servidor donde múltiples solicitudes deben ser atendidas simultáneamente.
Ejemplos: Un ejemplo de preemción se puede observar en sistemas operativos como Windows y Linux, donde un proceso de alta prioridad, como un controlador de hardware, puede interrumpir un proceso de menor prioridad, como una aplicación de usuario. Otro ejemplo es en sistemas de tiempo real, donde un proceso crítico, como el control de un robot, puede interrumpir otros procesos para garantizar que se cumplan los plazos de respuesta.
