Descripción: Un proceso conjunto implica la colaboración entre dos o más partes para lograr un objetivo común. Este enfoque se basa en la sinergia, donde la interacción de los participantes genera resultados que no podrían alcanzarse de manera individual. En la gestión de procesos, el proceso conjunto se caracteriza por la comunicación efectiva, la coordinación de esfuerzos y la alineación de metas. Las partes involucradas pueden ser individuos, equipos, organizaciones o incluso sistemas tecnológicos. La clave de un proceso conjunto radica en la creación de un entorno colaborativo que fomente la confianza y el compromiso, permitiendo que cada participante aporte sus habilidades y recursos únicos. Este tipo de proceso es especialmente relevante en contextos donde la complejidad de los desafíos requiere una diversidad de perspectivas y conocimientos. Además, la gestión de procesos conjuntos puede mejorar la eficiencia, reducir costos y aumentar la innovación, ya que las ideas y soluciones se enriquecen a través del intercambio y la colaboración. En resumen, un proceso conjunto no solo busca alcanzar un objetivo específico, sino que también promueve el aprendizaje y el desarrollo mutuo entre las partes involucradas.