Proteína recombinante

Descripción: La proteína recombinante es una proteína que ha sido diseñada genéticamente a partir de diferentes fuentes, lo que permite la producción de proteínas específicas que no se encuentran de forma natural en un organismo. Este proceso implica la manipulación del ADN para insertar un gen que codifica la proteína deseada en un vector, que luego se introduce en células huésped, como bacterias, levaduras o células de mamíferos. Estas células, al expresar el gen insertado, producen la proteína recombinante en cantidades significativas. Las proteínas recombinantes son fundamentales en la biotecnología y la investigación biomédica, ya que permiten la producción de proteínas con características mejoradas o nuevas funciones. Además, su diseño puede incluir modificaciones que optimizan su estabilidad, actividad o solubilidad, lo que las hace más efectivas para aplicaciones específicas. La capacidad de producir proteínas recombinantes ha revolucionado el campo de la biología molecular, permitiendo avances en la terapia génica, la producción de vacunas y el desarrollo de fármacos, entre otros.

Historia: La historia de las proteínas recombinantes se remonta a la década de 1970, cuando se desarrollaron las técnicas de ADN recombinante. En 1973, Paul Berg y sus colegas lograron crear la primera molécula de ADN recombinante al combinar ADN de diferentes fuentes. Este avance sentó las bases para la producción de proteínas recombinantes. En 1982, se aprobó la primera proteína recombinante para uso médico, la insulina humana, producida por bacterias modificadas genéticamente. Desde entonces, la tecnología ha evolucionado, permitiendo la producción de una amplia variedad de proteínas terapéuticas y diagnósticas.

Usos: Las proteínas recombinantes tienen múltiples aplicaciones en la medicina, la investigación y la industria. Se utilizan en la producción de medicamentos, como hormonas, anticuerpos y factores de coagulación. También son esenciales en la fabricación de vacunas, como las vacunas contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano. En la investigación, se emplean para estudiar funciones biológicas y en ensayos clínicos. Además, se utilizan en la industria alimentaria y en la producción de enzimas para procesos industriales.

Ejemplos: Ejemplos de proteínas recombinantes incluyen la insulina humana, que se utiliza para tratar la diabetes, y el factor VIII, que se usa en el tratamiento de la hemofilia. Otro ejemplo es el anticuerpo monoclonal trastuzumab, utilizado en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de mama. También se han desarrollado proteínas recombinantes para la producción de vacunas, como la proteína de superficie del virus de la hepatitis B, que se utiliza en la vacuna contra esta enfermedad.

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