Descripción: Las pruebas de caja blanca son una técnica de evaluación de software que se centra en el análisis de las estructuras internas y el funcionamiento de una aplicación, en lugar de su funcionalidad externa. Este enfoque permite a los desarrolladores y testers examinar el código fuente, la lógica de programación y los flujos de control, lo que facilita la identificación de errores y la optimización del rendimiento. A través de estas pruebas, se pueden verificar aspectos como la cobertura de código, la ejecución de rutas específicas y la interacción entre diferentes componentes del sistema. Las pruebas de caja blanca son especialmente útiles en la refactorización, ya que permiten asegurar que los cambios realizados en el código no introduzcan nuevos errores y que la funcionalidad existente se mantenga intacta. Además, al tener acceso al código, los testers pueden diseñar casos de prueba más específicos y detallados, lo que contribuye a una mayor calidad del software. En resumen, las pruebas de caja blanca son una herramienta esencial en el desarrollo de software, ya que garantizan que las modificaciones y mejoras en el código se realicen de manera segura y efectiva.