Descripción: Las Pruebas de Fin de Línea (FAL, por sus siglas en inglés) son procedimientos críticos que se llevan a cabo al final de una línea de producción para garantizar que los productos cumplan con los estándares de calidad y funcionalidad establecidos. Estas pruebas son esenciales en diversas industrias, donde la precisión y la fiabilidad son fundamentales. Durante este proceso, se evalúan diversos aspectos del producto, como su rendimiento, seguridad y conformidad con las especificaciones técnicas. Las pruebas pueden incluir la verificación de componentes electrónicos, la funcionalidad de los sistemas mecánicos y la integración de software. La implementación de estas pruebas ayuda a identificar y corregir defectos antes de que los productos lleguen al mercado, minimizando así el riesgo de fallos en el campo y mejorando la satisfacción del cliente. Además, las Pruebas de Fin de Línea son una parte integral del control de calidad, contribuyendo a la reputación de la marca y a la reducción de costos asociados con devoluciones y reparaciones. En un entorno de producción automatizado, estas pruebas pueden ser realizadas por robots especializados, lo que aumenta la eficiencia y la consistencia del proceso de prueba.