Descripción: Una red de malla inalámbrica es una topología de red donde cada nodo retransmite datos para la red, permitiendo una cobertura extendida y redundancia. En este tipo de red, los dispositivos están interconectados de manera que cada uno puede comunicarse con otros nodos, creando una estructura robusta y flexible. Esta arquitectura es especialmente útil en entornos donde la conectividad tradicional es difícil de implementar, como en áreas rurales o en situaciones de emergencia. Las redes de malla pueden adaptarse dinámicamente a cambios en la topología, lo que significa que si un nodo falla o se desconecta, los datos pueden ser redirigidos a través de otros nodos, garantizando así la continuidad del servicio. Además, estas redes son escalables, lo que permite agregar nuevos nodos sin necesidad de reconfigurar toda la red. La facilidad en la instalación y el mantenimiento, junto con la capacidad de ofrecer una cobertura amplia, hacen de las redes de malla una opción atractiva para diversas aplicaciones, desde la conectividad en hogares hasta la implementación en ciudades inteligentes.
Historia: Las redes de malla tienen sus raíces en la década de 1970, cuando se comenzaron a explorar nuevas formas de interconexión de dispositivos. Sin embargo, su desarrollo significativo comenzó en la década de 1990 con la introducción de tecnologías inalámbricas. En 1997, el estándar IEEE 802.11, que define las redes Wi-Fi, sentó las bases para la creación de redes de malla inalámbricas. A lo largo de los años, la tecnología ha evolucionado, y en la década de 2000, se comenzaron a implementar soluciones de malla en entornos urbanos y rurales, destacando su capacidad para proporcionar conectividad en áreas de difícil acceso.
Usos: Las redes de malla se utilizan en una variedad de aplicaciones, incluyendo la conectividad en áreas rurales donde la infraestructura de red tradicional es limitada. También son comunes en eventos al aire libre, como festivales y conciertos, donde se requiere una red temporal y flexible. Además, se implementan en entornos urbanos para crear redes comunitarias que permiten a los residentes compartir acceso a Internet. Otras aplicaciones incluyen la monitorización de sensores en entornos industriales y la creación de redes de emergencia en situaciones de desastre.
Ejemplos: Un ejemplo de red de malla es el sistema de Wi-Fi que permite a los usuarios crear una red de malla en sus hogares para mejorar la cobertura. Otro ejemplo es la red de malla utilizada en diversas ciudades que proporciona acceso a Internet gratuito en espacios públicos. Además, proyectos como ‘Freifunk’ en Alemania han utilizado redes de malla para ofrecer conectividad en comunidades locales.