Robótica social

Descripción: La robótica social se refiere a la creación de robots que interactúan con humanos utilizando inteligencia artificial (IA) para mejorar el compromiso social. Estos robots están diseñados para comprender y responder a las emociones humanas, facilitando la comunicación y la interacción en diversos contextos. A través de algoritmos avanzados de procesamiento de lenguaje natural y reconocimiento de emociones, los robots sociales pueden adaptarse a las necesidades y comportamientos de las personas con las que interactúan. Esto les permite desempeñar roles en áreas como la educación, la atención médica y el entretenimiento, donde la empatía y la conexión emocional son fundamentales. La robótica social no solo busca automatizar tareas, sino también enriquecer la experiencia humana, creando vínculos significativos entre humanos y máquinas. Su relevancia radica en la creciente necesidad de soluciones tecnológicas que mejoren la calidad de vida y fomenten la inclusión social, especialmente en un mundo cada vez más digitalizado.

Historia: La robótica social comenzó a tomar forma en la década de 1990, con el desarrollo de robots capaces de interactuar con humanos de manera más natural. Uno de los hitos importantes fue el robot Kismet, creado en 1998 por el MIT, que podía reconocer y responder a emociones humanas. A lo largo de los años, la tecnología ha avanzado significativamente, incorporando mejoras en la IA y el aprendizaje automático, lo que ha permitido a los robots sociales volverse más sofisticados y efectivos en sus interacciones.

Usos: Los robots sociales se utilizan en diversas aplicaciones, incluyendo la educación, donde pueden actuar como tutores personalizados; en la atención médica, proporcionando compañía y asistencia a pacientes; y en el entretenimiento, interactuando con usuarios en juegos y actividades recreativas. También se están explorando en entornos de servicio al cliente, donde pueden ayudar a responder preguntas y guiar a los usuarios. Además, su uso se extiende a áreas como la terapia emocional, la asistencia a personas mayores y el apoyo en intervenciones socialmente comprometidas.

Ejemplos: Ejemplos de robots sociales incluyen a Pepper, un robot diseñado para interactuar con personas en entornos comerciales y educativos, y Paro, un robot terapéutico en forma de foca que se utiliza en hospitales y hogares de ancianos para proporcionar compañía y mejorar el bienestar emocional de los pacientes. También se destacan robots como Nao, utilizado en entornos educativos, y los dispositivos de compañía como Jibo, que buscan crear interacciones amigables y personales.

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