Descripción: Un saldo negativo ocurre cuando una cuenta ha retirado más fondos de los que ha depositado. En el contexto de sistemas financieros, esto puede suceder en diversas situaciones, como en el uso de plataformas de intercambio, cuentas bancarias o sistemas de pago que permiten el apalancamiento. Un saldo negativo indica que el usuario tiene una deuda con la entidad financiera, lo que puede resultar en la liquidación de activos si no se corrige. Este concepto es crucial para entender la gestión de riesgos en el ámbito financiero, donde la volatilidad puede llevar a pérdidas rápidas. Además, un saldo negativo puede afectar la capacidad del usuario para realizar transacciones adicionales, ya que muchas plataformas requieren que las cuentas estén en equilibrio o positivas para operar. Por lo tanto, es fundamental que los usuarios mantengan un seguimiento constante de sus saldos y comprendan las implicaciones de operar con fondos prestados o apalancados.