Descripción: La selección natural es el proceso mediante el cual las especies se adaptan a su entorno, favoreciendo la supervivencia y reproducción de aquellos individuos que poseen características ventajosas. Este mecanismo, propuesto por Charles Darwin en el siglo XIX, se basa en la variabilidad genética dentro de una población y en la competencia por recursos limitados. A través de generaciones, las características que mejoran la capacidad de un organismo para sobrevivir y reproducirse se vuelven más comunes en la población, mientras que las que son desventajosas tienden a desaparecer. La selección natural no es un proceso consciente, sino que ocurre de manera natural a lo largo del tiempo, impulsada por factores como el clima, la disponibilidad de alimentos y la presión de depredadores. Este concepto es fundamental para entender la evolución de las especies y la biodiversidad en nuestro planeta, ya que explica cómo los organismos se adaptan a cambios en su entorno y cómo surgen nuevas especies a partir de ancestros comunes. La selección natural es, por tanto, un pilar de la biología evolutiva, proporcionando un marco para estudiar la historia de la vida en la Tierra y la interconexión entre diferentes formas de vida.
Historia: La selección natural fue formulada por Charles Darwin en su obra ‘El origen de las especies’, publicada en 1859. Aunque la idea de que las especies cambian con el tiempo existía antes, Darwin fue el primero en proporcionar un mecanismo claro para este proceso. Junto a Alfred Russel Wallace, quien llegó a conclusiones similares de manera independiente, Darwin estableció las bases de la teoría evolutiva moderna. A lo largo del tiempo, la selección natural ha sido confirmada y ampliada por descubrimientos en genética y biología molecular, integrándose en la síntesis moderna de la evolución.
Usos: La selección natural se utiliza en biología para explicar la evolución de las especies y la adaptación de los organismos a su entorno. También es fundamental en campos como la ecología, la conservación y la medicina evolutiva, donde se estudian las resistencias a enfermedades y la evolución de patógenos. Además, se aplica en la agricultura y la cría de animales, donde se seleccionan características deseables en cultivos y razas.
Ejemplos: Un ejemplo de selección natural es la resistencia a los antibióticos en bacterias, donde las cepas que desarrollan mutaciones que les permiten sobrevivir a estos medicamentos se vuelven más comunes. Otro caso es el de las polillas de la especie Biston betularia, que cambiaron su coloración en respuesta a la contaminación industrial durante la Revolución Industrial, favoreciendo a las variantes más oscuras en entornos contaminados.
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