Descripción: Un sensor de estrés térmico es un dispositivo diseñado para monitorear y medir el estrés térmico en ambientes, lo que implica la evaluación de las condiciones de temperatura y humedad que pueden afectar la salud y el bienestar de seres vivos, así como el rendimiento de maquinaria y equipos. Estos sensores son fundamentales en aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT), ya que permiten la recopilación de datos en tiempo real y la transmisión de información a sistemas de gestión centralizados. Los sensores de estrés térmico suelen estar equipados con tecnología avanzada que les permite detectar cambios sutiles en las condiciones ambientales, lo que facilita la toma de decisiones informadas para mitigar riesgos. Su relevancia radica en su capacidad para prevenir daños, optimizar procesos y mejorar la calidad de vida en entornos laborales y residenciales. Además, su integración en sistemas automatizados permite la creación de soluciones inteligentes que responden a las variaciones de temperatura y humedad, garantizando así un ambiente más seguro y eficiente. Estos dispositivos son cada vez más comunes en sectores como la agricultura, la construcción, la industria alimentaria y la salud, donde el control del estrés térmico es crucial para el éxito de las operaciones y la protección de los recursos humanos y materiales.