Descripción: Los servicios autónomos son componentes de software que operan de manera independiente, sin depender de otros servicios para su funcionamiento. Esta independencia les permite ser escalables, flexibles y fáciles de mantener. Cada servicio autónomo está diseñado para realizar una función específica y puede ser desarrollado, desplegado y actualizado de forma aislada. Esto contrasta con las arquitecturas monolíticas, donde todos los componentes están interconectados y dependen unos de otros. La capacidad de operar de manera autónoma no solo mejora la resiliencia del sistema, sino que también facilita la implementación de nuevas características y la corrección de errores sin afectar a otros servicios. Además, los servicios autónomos suelen comunicarse entre sí a través de APIs bien definidas, lo que permite una integración eficiente y una interoperabilidad entre diferentes tecnologías y plataformas. Esta arquitectura es especialmente relevante en entornos de desarrollo ágil y DevOps, donde la rapidez y la adaptabilidad son cruciales. En resumen, los servicios autónomos representan un enfoque moderno y eficiente para el desarrollo de software, permitiendo a las organizaciones responder rápidamente a las necesidades cambiantes del mercado y a las demandas de los usuarios.
