SHA-256

Descripción: SHA-256 es un miembro de la familia SHA-2 de funciones de hash criptográficas, que produce un valor hash de 256 bits. Esta función es fundamental en el ámbito de la criptografía, ya que permite transformar datos de entrada de cualquier tamaño en un valor hash fijo, lo que facilita la verificación de la integridad de los datos. SHA-256 es conocido por su resistencia a colisiones, lo que significa que es extremadamente difícil encontrar dos entradas diferentes que produzcan el mismo hash. Además, es unidireccional, lo que implica que no se puede revertir el proceso para obtener la entrada original a partir del hash. Esta característica lo hace ideal para aplicaciones que requieren seguridad, como la firma digital y la autenticación de datos. Su uso se ha vuelto esencial en la creación de bloques en tecnologías de cadena de bloques, donde cada bloque contiene el hash del bloque anterior, asegurando así la integridad de toda la cadena. La función también es utilizada en la generación de direcciones de criptomonedas y en la verificación de archivos, garantizando que no hayan sido alterados. En resumen, SHA-256 es una herramienta clave en la criptografía moderna, proporcionando un alto nivel de seguridad y confianza en la integridad de los datos.

Historia: SHA-256 fue desarrollado por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) y publicado en 2001 como parte de la familia de funciones de hash SHA-2. Esta familia fue creada para abordar las vulnerabilidades encontradas en su predecesora, SHA-1, que fue considerada insegura debido a la posibilidad de colisiones. Desde su lanzamiento, SHA-256 ha sido adoptado ampliamente en diversas aplicaciones de seguridad y criptografía.

Usos: SHA-256 se utiliza en una variedad de aplicaciones, incluyendo la firma digital, la autenticación de datos y la verificación de integridad de archivos. También es fundamental en la tecnología de blockchain, donde se utiliza para asegurar la creación de bloques y la generación de direcciones de criptomonedas. Además, se emplea en sistemas de gestión de contraseñas y en protocolos de seguridad como SSL/TLS.

Ejemplos: Un ejemplo del uso de SHA-256 es en Bitcoin, donde se utiliza para crear el hash de cada bloque en la cadena de bloques. Otro ejemplo es en la verificación de archivos descargados, donde se proporciona un hash SHA-256 para que los usuarios puedan comprobar la integridad del archivo. También se utiliza en la generación de direcciones de criptomonedas, como Ethereum y otras plataformas.

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