Descripción: Un sistema adaptativo se refiere a un conjunto de componentes que pueden modificar su comportamiento y estructura en respuesta a cambios en su entorno. Estos sistemas son capaces de aprender y evolucionar, optimizando su rendimiento y recursos en función de las condiciones externas y las demandas de los usuarios. Las características principales de un sistema adaptativo incluyen la capacidad de autoajuste, la resiliencia ante fallos y la habilidad para gestionar la carga de trabajo de manera eficiente. Esta adaptabilidad permite que el sistema se mantenga operativo y eficiente incluso en situaciones cambiantes, como variaciones en la carga de trabajo, fallos de hardware o cambios en la red. La relevancia de los sistemas adaptativos radica en su capacidad para mejorar la experiencia del usuario y maximizar el uso de recursos, lo que es especialmente crítico en entornos donde los recursos pueden ser limitados o estar sujetos a fluctuaciones. En resumen, un sistema adaptativo es esencial para garantizar la continuidad y eficiencia operativa en un mundo tecnológico en constante cambio.