Descripción: La suplantación de DNS es un tipo de ataque que implica corromper un servidor DNS para redirigir el tráfico a sitios maliciosos. Este ataque se basa en la manipulación de las consultas DNS, que son esenciales para la navegación en Internet, ya que traducen nombres de dominio legibles por humanos en direcciones IP que las computadoras pueden entender. Al comprometer el servidor DNS, un atacante puede desviar a los usuarios de un sitio legítimo a uno falso, donde pueden ser víctimas de robo de información, malware o fraudes. Las características principales de la suplantación de DNS incluyen su capacidad para ser ejecutada de manera remota, su potencial para afectar a múltiples usuarios simultáneamente y su dificultad para ser detectada por los usuarios finales. La relevancia de este tipo de ataque radica en su impacto en la seguridad de la información y la confianza en la infraestructura de Internet, lo que lo convierte en un objetivo atractivo para los cibercriminales. En el contexto de las pruebas de penetración, la suplantación de DNS se utiliza para evaluar la seguridad de redes y sistemas, permitiendo a los profesionales identificar vulnerabilidades y fortalecer las defensas contra ataques maliciosos.
Historia: La suplantación de DNS comenzó a ser un problema significativo en la década de 1990, cuando el uso de Internet se expandió rápidamente. Uno de los primeros incidentes documentados ocurrió en 1996, cuando se descubrió que un atacante había manipulado el sistema DNS de una universidad para redirigir el tráfico. A medida que la tecnología avanzaba, también lo hacían las técnicas de suplantación, lo que llevó a la implementación de medidas de seguridad como DNSSEC (Domain Name System Security Extensions) en 2010, diseñadas para proteger la integridad de las respuestas DNS.
Usos: La suplantación de DNS se utiliza principalmente en ataques de phishing, donde los usuarios son dirigidos a sitios web falsos que imitan a los legítimos para robar credenciales. También se emplea en la distribución de malware, redirigiendo a los usuarios a sitios que descargan software malicioso. En el ámbito de las pruebas de penetración, los profesionales de la seguridad utilizan la suplantación de DNS para simular ataques y evaluar la resistencia de las redes a este tipo de vulnerabilidades.
Ejemplos: Un caso notable de suplantación de DNS ocurrió en 2013, cuando un grupo de hackers redirigió el tráfico de varios bancos en línea a sitios falsos, lo que resultó en el robo de millones de dólares. Otro ejemplo es el ataque DNS de 2018 a una empresa de telecomunicaciones de EE. UU. que comprometió la infraestructura de red y permitió a los atacantes interceptar comunicaciones privadas.