Descripción: La supremacía cuántica se refiere al momento en que una computadora cuántica puede realizar un cálculo que es inviable para una computadora clásica. Este concepto es fundamental en el campo de la computación cuántica, donde se aprovechan las propiedades de la mecánica cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para procesar información de maneras que las computadoras tradicionales no pueden. A diferencia de los microprocesadores convencionales, que utilizan bits para representar datos en forma de 0s y 1s, las computadoras cuánticas utilizan qubits, que pueden existir en múltiples estados simultáneamente. Esto les permite abordar problemas complejos de manera más eficiente. La supremacía cuántica no solo representa un avance técnico, sino que también plantea preguntas filosóficas y éticas sobre el futuro de la computación y su impacto en la sociedad. A medida que la tecnología avanza, la supremacía cuántica se convierte en un objetivo clave para investigadores y empresas, ya que promete revolucionar campos como la criptografía, la inteligencia artificial y la simulación de sistemas cuánticos.
Historia: El término ‘supremacía cuántica’ fue popularizado en 2019 cuando Google anunció que había alcanzado este hito con su procesador cuántico Sycamore, que completó un cálculo en 200 segundos que, según estimaciones, habría tomado miles de años a la supercomputadora más avanzada de la época. Este anuncio generó un intenso debate en la comunidad científica sobre la validez de la supremacía cuántica y su significado real en el contexto de la computación clásica.
Usos: La supremacía cuántica tiene aplicaciones potenciales en diversas áreas, incluyendo la criptografía, donde podría romper sistemas de cifrado actuales; la simulación de moléculas y materiales en química y física; y la optimización de problemas complejos en logística y finanzas. Estas aplicaciones podrían transformar industrias enteras al permitir soluciones que antes eran impracticables.
Ejemplos: Un ejemplo de supremacía cuántica es el experimento realizado por Google con su procesador Sycamore, que resolvió un problema específico de muestreo de números aleatorios. Otro ejemplo es el trabajo de IBM y otros laboratorios que están explorando algoritmos cuánticos para mejorar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.