Descripción: Un token securitizado es un activo digital que representa una participación en un grupo de activos o un instrumento financiero, generalmente respaldado por activos tangibles o intangibles. Estos tokens se emiten en plataformas de blockchain, lo que les proporciona características como la transparencia, la inmutabilidad y la facilidad de transferencia. A diferencia de los tokens tradicionales, que pueden no tener un valor intrínseco, los tokens securitizados están diseñados para representar un valor real, lo que los convierte en una opción atractiva para los inversores que buscan diversificar su cartera. Además, estos tokens pueden ser fraccionados, lo que permite a los inversores adquirir pequeñas participaciones en activos de alto valor, como bienes raíces o acciones de empresas. La regulación de los tokens securitizados varía según la jurisdicción, lo que puede influir en su adopción y uso en el mercado. En el contexto de las finanzas descentralizadas (DeFi), los tokens securitizados ofrecen nuevas oportunidades para la liquidez y la inversión, permitiendo a los usuarios acceder a productos financieros innovadores que antes estaban reservados para inversores institucionales o de alto patrimonio.
Historia: Los tokens securitizados emergieron con el auge de la tecnología blockchain y las criptomonedas en la última década. Aunque la idea de securitizar activos no es nueva, la capacidad de hacerlo de manera digital y descentralizada ha revolucionado el concepto. En 2017, se llevaron a cabo las primeras emisiones de tokens securitizados, coincidiendo con el crecimiento de las ofertas iniciales de monedas (ICO) y el interés por las finanzas descentralizadas. A medida que la regulación comenzó a adaptarse a este nuevo paradigma, varios países comenzaron a establecer marcos legales para la emisión y el comercio de estos activos, lo que facilitó su adopción en el mercado.
Usos: Los tokens securitizados se utilizan principalmente para representar activos en diversas industrias, como bienes raíces, acciones, bonos y otros instrumentos financieros. Permiten a los inversores acceder a activos que tradicionalmente requerían grandes sumas de capital, facilitando la inversión fraccionada. Además, estos tokens pueden ser utilizados en plataformas de DeFi para proporcionar liquidez, realizar préstamos o participar en mercados secundarios. También ofrecen una forma de democratizar el acceso a inversiones que antes estaban limitadas a inversores institucionales.
Ejemplos: Un ejemplo de token securitizado es el ‘Real Estate Token’, que permite a los inversores adquirir fracciones de propiedades inmobiliarias. Otro caso es el ‘Token de deuda’, que representa una participación en un bono o préstamo. Proyectos como ‘CurioInvest’ y ‘RealT’ han implementado tokens securitizados para facilitar la inversión en activos físicos y digitales, respectivamente.