Descripción: La tortuga gigante es una especie de reptil que se destaca por su tamaño imponente y su notable longevidad. Estas tortugas pueden alcanzar longitudes de hasta 1.5 metros y pesar más de 300 kilogramos, lo que las convierte en uno de los reptiles más grandes del mundo. Su caparazón, que puede ser de forma domo o plana, está compuesto por placas óseas que les proporcionan una protección efectiva contra depredadores. Las tortugas gigantes son herbívoras, alimentándose principalmente de hierbas, hojas y frutas, lo que las convierte en un componente crucial de sus ecosistemas, ya que ayudan a mantener el equilibrio de la vegetación. Su longevidad es asombrosa, con algunas especies que pueden vivir más de 100 años, lo que les otorga un estatus casi mítico en diversas culturas. Además, su lento crecimiento y madurez sexual tardía hacen que su conservación sea un tema de gran importancia, ya que su población puede verse amenazada por la caza y la pérdida de hábitat. Las tortugas gigantes no solo son fascinantes por su biología, sino que también tienen un lugar especial en la historia natural, simbolizando la resiliencia y la conexión con el pasado de nuestro planeta.
Historia: Las tortugas gigantes han existido durante millones de años, con fósiles que datan de la era de los dinosaurios. Se cree que su evolución comenzó en el período Cretácico, y han sido objeto de estudio desde la llegada de los exploradores europeos a las islas Galápagos en el siglo XIX. Charles Darwin estudió estas tortugas durante su viaje en el Beagle, lo que contribuyó a su teoría de la evolución.