Descripción: Un troyano es un tipo de malware que se disfraza de software legítimo para engañar a los usuarios y lograr que lo instalen en sus sistemas. A diferencia de los virus o gusanos, que se replican y propagan por sí mismos, los troyanos dependen de la interacción del usuario para ser ejecutados. Una vez que un troyano se instala, puede llevar a cabo diversas acciones maliciosas, como robar información personal, instalar otros tipos de malware, o permitir el acceso remoto a un atacante. Los troyanos pueden presentarse en diversas formas, como aplicaciones, juegos o incluso actualizaciones de software, lo que los hace particularmente peligrosos. Su capacidad para ocultarse detrás de una apariencia legítima los convierte en una de las amenazas más comunes en el ámbito de la ciberseguridad. La detección y eliminación de troyanos puede ser complicada, ya que a menudo utilizan técnicas de ofuscación para evitar ser identificados por software antivirus y antimalware. Por lo tanto, es crucial que los usuarios mantengan sus sistemas actualizados y utilicen herramientas de seguridad efectivas para protegerse contra este tipo de amenazas.
Historia: El término ‘troyano’ proviene de la famosa historia de la Guerra de Troya, donde los griegos utilizaron un caballo de madera para infiltrarse en la ciudad. En el contexto de la informática, los troyanos comenzaron a aparecer en la década de 1980, con el primer troyano conocido, el ‘PC-Write Trojan’, que se propagó en 1987. Desde entonces, han evolucionado en sofisticación y variedad, adaptándose a nuevas tecnologías y métodos de ataque.
Usos: Los troyanos son utilizados principalmente para robar información sensible, como credenciales de acceso, datos bancarios y otra información personal. También pueden ser empleados para instalar otros tipos de malware, como ransomware, o para crear puertas traseras que permitan a los atacantes acceder a los sistemas comprometidos. En el ámbito del hacking ético, los troyanos pueden ser utilizados para simular ataques y evaluar la seguridad de un sistema.
Ejemplos: Un ejemplo notable de un troyano es el ‘Zeus Trojan’, que se utilizó para robar información bancaria y se propagó a través de correos electrónicos de phishing. Otro caso es el ‘Emotet’, que comenzó como un troyano bancario y evolucionó para convertirse en una plataforma de distribución de malware más amplia. Estos ejemplos ilustran cómo los troyanos pueden ser utilizados en ataques cibernéticos reales.