Descripción: La virtualización completa es un enfoque de virtualización que permite que un sistema operativo huésped se ejecute en un entorno completamente aislado del sistema operativo anfitrión. Esto significa que el sistema operativo huésped no necesita modificaciones para funcionar, lo que proporciona una gran flexibilidad y compatibilidad. En este modelo, el hipervisor actúa como intermediario entre el hardware físico y las máquinas virtuales, gestionando los recursos y asegurando que cada máquina virtual tenga acceso a los recursos necesarios sin interferir entre sí. Esta técnica es especialmente valiosa en entornos de servidores, donde se pueden ejecutar múltiples sistemas operativos en un solo servidor físico, optimizando el uso de recursos y reduciendo costos. La virtualización completa también permite la creación de entornos de prueba y desarrollo seguros, donde los desarrolladores pueden experimentar sin riesgo de afectar el sistema operativo anfitrión. Además, facilita la migración de sistemas operativos y aplicaciones entre diferentes hardware, lo que es crucial para la continuidad del negocio y la recuperación ante desastres.
Historia: La virtualización completa tiene sus raíces en la década de 1960, cuando IBM desarrolló el sistema CP-40, que permitía la ejecución de múltiples sistemas operativos en una sola máquina. A lo largo de los años, la tecnología evolucionó y se popularizó en la década de 2000 con la llegada de hipervisores como VMware y Microsoft Hyper-V, que hicieron que la virtualización fuera accesible para empresas de todos los tamaños.
Usos: La virtualización completa se utiliza principalmente en centros de datos para maximizar la utilización de hardware, en entornos de desarrollo y prueba para crear entornos seguros y aislados, y en la migración de aplicaciones y sistemas operativos entre diferentes infraestructuras.
Ejemplos: Un ejemplo de virtualización completa es el uso de VMware vSphere, que permite a las empresas ejecutar múltiples máquinas virtuales en un solo servidor físico. Otro ejemplo es Microsoft Hyper-V, que ofrece capacidades de virtualización completa para diversos entornos operativos.