Volatilidad Implícita

Descripción: La volatilidad implícita es una métrica crucial en el ámbito del comercio de opciones, que refleja la percepción del mercado sobre la probabilidad de fluctuaciones en el precio de un activo subyacente. Se expresa generalmente como un porcentaje y se deriva del precio de las opciones, específicamente de las opciones de compra y venta. A diferencia de la volatilidad histórica, que se basa en datos pasados, la volatilidad implícita se centra en las expectativas futuras del mercado, lo que la convierte en un indicador anticipado de la incertidumbre y el riesgo asociado a un activo. Un aumento en la volatilidad implícita sugiere que los inversores anticipan movimientos de precios más significativos, mientras que una disminución indica una expectativa de estabilidad. Esta métrica es fundamental para los traders de opciones, ya que les ayuda a evaluar si las opciones están sobrevaloradas o subvaloradas en relación con las expectativas del mercado. Además, la volatilidad implícita puede influir en las decisiones de inversión, ya que los traders pueden optar por comprar o vender opciones en función de sus proyecciones sobre la volatilidad futura del activo subyacente.

Historia: La volatilidad implícita comenzó a ganar atención en la década de 1970, especialmente con el desarrollo del modelo de valoración de opciones de Black-Scholes en 1973. Este modelo permitió a los traders calcular el precio teórico de las opciones y, a partir de ahí, inferir la volatilidad implícita a partir de los precios de mercado. A medida que los mercados de opciones se expandieron, la volatilidad implícita se convirtió en una herramienta esencial para los inversores, ayudando a evaluar el riesgo y la incertidumbre en las decisiones de inversión.

Usos: La volatilidad implícita se utiliza principalmente en el comercio de opciones para evaluar el riesgo asociado a un activo subyacente. Los traders la emplean para determinar si las opciones están sobrevaloradas o subvaloradas, lo que les ayuda a tomar decisiones informadas sobre la compra o venta de opciones. Además, se utiliza en la gestión de riesgos y en la formulación de estrategias de cobertura, así como en la valoración de activos en mercados volátiles.

Ejemplos: Un ejemplo práctico de volatilidad implícita se puede observar en el mercado de opciones sobre acciones de empresas tecnológicas. Si una acción de una empresa como Tesla muestra un aumento significativo en su volatilidad implícita, esto puede indicar que los inversores anticipan un movimiento de precio considerable, posiblemente debido a un próximo anuncio de ganancias o un evento de mercado. Por otro lado, si la volatilidad implícita disminuye, podría sugerir que los inversores esperan estabilidad en el precio de la acción en el corto plazo.

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