Descripción: El Wi-Fi de Bajo Consumo se refiere a tecnologías inalámbricas diseñadas para consumir menos energía, permitiendo la conexión de dispositivos en entornos donde la eficiencia energética es crucial. Esta tecnología es especialmente relevante en el contexto del Internet de las Cosas (IoT), donde numerosos dispositivos, como sensores y actuadores, requieren conectividad constante pero tienen limitaciones en cuanto a la capacidad de batería. El Wi-Fi de Bajo Consumo utiliza técnicas avanzadas de modulación y protocolos optimizados que permiten una transmisión de datos eficiente, reduciendo el consumo de energía sin sacrificar el rendimiento. Además, esta tecnología puede operar en frecuencias específicas que minimizan la interferencia y maximizan la cobertura, lo que es esencial en aplicaciones industriales y domésticas. En resumen, el Wi-Fi de Bajo Consumo representa un avance significativo en la conectividad inalámbrica, facilitando la expansión de redes de dispositivos conectados mientras se preserva la duración de la batería y se reduce el impacto ambiental.
Historia: El concepto de Wi-Fi de Bajo Consumo comenzó a tomar forma a mediados de la década de 2010, cuando la proliferación de dispositivos IoT impulsó la necesidad de soluciones de conectividad más eficientes energéticamente. En 2016, la Wi-Fi Alliance introdujo el estándar Wi-Fi HaLow (802.11ah), diseñado específicamente para aplicaciones de bajo consumo y largo alcance. Este estándar permite la conexión de dispositivos que requieren menos energía, lo que ha sido fundamental para el desarrollo de tecnologías en áreas como la automatización y la conectividad de dispositivos.
Usos: El Wi-Fi de Bajo Consumo se utiliza principalmente en aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT), donde dispositivos como sensores ambientales, medidores inteligentes y sistemas de seguridad requieren conectividad constante sin un alto consumo de energía. También se aplica en entornos industriales para la monitorización de maquinaria y en el hogar para dispositivos inteligentes que necesitan estar conectados a la red de forma continua.
Ejemplos: Un ejemplo práctico del uso de Wi-Fi de Bajo Consumo es en los medidores inteligentes de electricidad, que envían datos de consumo a las compañías eléctricas de manera eficiente. Otro caso es el uso de sensores de temperatura y humedad en invernaderos, que monitorean las condiciones ambientales y envían información a través de redes Wi-Fi de bajo consumo para optimizar el crecimiento de las plantas.