La Esfera de Buga: ¿objeto extraterrestre, chatarra espacial o la bola de dragón versión colombiana?

En marzo de 2025, en un paraje rural de Buga, Valle del Cauca (Colombia), un hallazgo tan extraño como intrigante hizo levantar más cejas que el final de Lost. Apareció un objeto metálico, perfectamente esférico, sin costuras ni marcas visibles, como si alguien hubiera perdido una canica galáctica de 2 kilos… que con el tiempo, y sin hacer nada, ha pasado a pesar 11 kilos. Y eso que no come nada, o al menos eso pensamos.

 

¿Qué sabemos (de verdad) de la esfera?

Lo primero que llamó la atención fue que la esfera apareció volando en línea horizontal. Sí, como si tuviera alas invisibles o una misión secreta. Según el campesino que la encontró, la bola chocó contra un cable de alta tensión, perdió fuerza y al poco tiempo cayó al suelo, rebotando varias veces. ¿Desde cuándo una pelota metálica de 2 kilos rebota como si fuera de goma? Aquí ya se rompieron las leyes de la física, o al menos las reglas del juego.

Cuando la recogieron, decían que pesaba 2 kilos. Luego pesó 9 kilos. Más tarde, 11 kilos. Y ahora… bueno, hay quien asegura que volvió a pesar 9 otra vez, como si tuviera metabolismo propio o estuviera reteniendo líquidos cósmicos. ¿Será que la esfera está intentando bajar de peso o tiene una dieta líquida extraterrestre? Solo el tiempo (y alguna balanza cósmica) lo dirá.

Está hecha de una sola pieza metálica, sin tornillos, uniones ni etiquetas que digan “Hecho en la Tierra artesanalmente”. Solo símbolos grabados, triángulos, lunas, círculos y jeroglíficos que no encajan con ningún idioma conocido. ¿Manual alienígena? ¿Criptograma de otra dimensión? ¿Arte contemporáneo muy comprometido?

La esfera tiene un diámetro aproximado de 50 centímetros, así que no es cualquier bolita para jugar a la canica cósmica, ¡más bien parece el balón oficial de una liga intergaláctica! Y esa, al menos, no bloquea partidos. Sí, tenía que decirlo, esta liga presidida por Tebas que anda bloqueando el acceso a miles de webs legítimas cada vez que hay fútbol, todo para beneficiar a una asociación privada.Este circo pandereta me tiene a punto de darle click al botón de “fuera liga de Tebas”, pero lo dejamos para la vuelta del verano. Mientras tanto, la esfera galáctica vuela libre, sin censura ni prohibiciones.

Continuemos con la canica que me enciendo.

 

¿Qué rayos es?

Las teorías no faltan, y la primera es que podría tratarse de chatarra aeroespacial. Ya sabemos que de vez en cuando caen a la Tierra fragmentos de tanques de presión de satélites o pedazos de cohetes, y que a veces adoptan formas redondeadas para aguantar la reentrada en la atmósfera. Pero esta teoría se cae más rápido que Goku después de una batalla épica, porque para que esta esfera estuviera tan perfecta tendrían que haberla interceptado en la caída Krilin y Picolo para pulirla y pintarla con esmero. Porque, seamos honestos, los restos espaciales suelen llegar más hechos polvo que el uniforme de entrenamiento de los Guerreros Z después de un torneo.

Además, hay varios detalles que hacen que esta explicación se tambalee más que el Maestro Roshi intentando levantar pesas:

  • Nadie la ha reclamado. Ni agencias espaciales, ni gobiernos, ni Elon Musk con sus cohetes espaciales. Cuando un satélite cae, se sabe. Hay protocolos, búsquedas, comunicados… aquí, nada.

  • No tiene ni una marca de combustión. Ni rastro de placas electrónicas, válvulas, cables o las típicas quemaduras térmicas que dejan los restos al entrar a la atmósfera. Nada. Parece que haya sido fabricada en una sola pieza, como si fuera un objeto salido directamente de la factoría de Capsule Corp.

  • Y lo más extraño de todo, el peso que cambia, los cambios de temperatura bruscos sin agentes externos y su simetría perfecta. Eso no es algo que se vea todos los días en pedazos de chatarra espacial. El peso fluctuante y la forma tan exacta parecen desafiar las leyes de la física y la lógica. ¿Es acaso un objeto con “vida propia”? ¿O simplemente un artefacto que escapa a nuestro entendimiento, como si fuera un power-up salido del entrenamiento de Goku y sus amigos?

Mientras los Guerreros Z no aparezcan a reclamarla y darle un buen uso, esta esfera sigue siendo un misterio digno de Dragon Ball y de cualquier serie de ciencia ficción que se precie. 

 

¿Y si no es de aquí?

Aquí es cuando la cosa se pone jugosa y las teorías empiezan a volar más alto que la propia esfera. Porque si descartamos que sea simple chatarra espacial o una bola de gas perdida de un avión, entramos en el terreno de lo realmente intrigante.

Hay quienes aseguran que podría ser una especie de sonda de observación, un ojo tecnológico de origen no terrestre que nos está mirando, analizando y tal vez hasta juzgando… o simplemente tomando nota de cómo nos peleamos por el último trozo de pizza con piña (ironía napoletana). Imagina esa esfera flotando ahí, escaneando nuestros memes, nuestras discusiones y hasta la receta de la abuela. Porque, claro, para seres de otros mundos, este caos humano debe ser más entretenido que cualquier reality show.

Por otro lado, están los románticos y poetas del misterio, que ven en esa esfera un mensaje cifrado, un “ping” cósmico lanzado desde las profundidades del universo, esperando que alguien aquí abajo responda. Como un SOS sideral en forma de jeroglíficos, símbolos y geometrías que todavía no entendemos, pero que despiertan nuestra curiosidad más profunda. Quizás es el equivalente galáctico de un “¿me copias?” o un “hola, ¿aló? ¿hay alguien ahí?”.

Así que mientras la ciencia intenta dar respuestas, y las teorías conspirativas corren libres, la verdad es que esa esfera sigue siendo un enigma con más preguntas que respuestas… y con un toque de magia que solo los misterios del universo pueden ofrecer.

 

En resumen (con los pies en la Tierra… o casi)

La esfera de Buga es muy real. Está siendo examinada por curiosos, investigadores y algún que otro vecino con más teorías que Discovery Channel. Y lo cierto es que, hasta ahora, nadie ha podido explicar con certeza de dónde vino, por qué cambia de peso o qué significan esos extraños grabados.

¿Y si no es la única?
¿Y si hay más esferas como esta repartidas por el planeta?
¿Seis más? ¿Siete en total? ¿Una por continente?
Como si fueran las Bolas de Dragón, pero en vez de invocar a un dragón milenario, convocamos a científicos, ufólogos y a Maussan con su micrófono.

¿Tecnología secreta? ¿Una cápsula de reentrada? ¿El huevo olvidado de una nave nodriza con jet lag interplanetario?

Todo es posible.
Nada está confirmado.

Y si alguien va a descubrir la verdad… probablemente se llamen Mulder y Scully.

Hasta entonces, seguiremos mirando al cielo… y revisando el jardín por si cae otra.

Preguntas Frecuentes

Esa es la pregunta del millón (o de los 11 kilos, mejor dicho). ¿La lanzó alguien? ¿Se le escapó a una nave? ¿O simplemente estaba cansada de orbitar y quiso conocer el Valle? Nadie lo sabe.

Por ahora, lo único que ha herido es nuestro sentido de la lógica. A lo sumo, podría dañar tu paz mental si tratas de explicarla demasiado. 

Esa es otra joyita del misterio. La esfera tiene grabados que parecen sacados de un libro de hechizos galáctico, triángulos, lunas, círculos y jeroglíficos que no coinciden con ningún idioma terrestre. Ni los egipcios, ni los mayas, ni los fans de Star Wars han podido descifrarlos aún. ¿Es un código? ¿Un mapa estelar? ¿Las instrucciones para no romperla en la lavadora? Nadie lo sabe. Pero si algún día aparece un arqueólogo con capa diciendo “¡lo he descifrado!”, te avisamos primero.

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