La Paradoja de Fermi: ¿Dónde están todos los extraterrestres… y por qué no nos han escrito ni un WhatsApp?

Imagina esto: estás en mitad de una conversación casual sobre series, pizza o que algunas webs no cargan porque algún iluminado de La Liga y Telefónica han decidido que bloquear IPs de Cloudflare, Vercel,… en plena hora de partido es una gran idea…

Y de repente alguien suelta:
“¿Y si no estamos solos en el universo?”

Silencio incómodo. Alguien se ríe nervioso. Otro finge mirar el móvil.
Pero tú sabes que esa pregunta no se borra fácil.

Así nace la Paradoja de Fermi, una duda tan simple como demoledora.

¿Qué es la Paradoja de Fermi?

La Paradoja de Fermi nace de una pregunta tan sencilla que da miedo:

“Si el universo es tan inmensamente grande y viejo, y la vida es posible… ¿por qué no hemos detectado señales de otras civilizaciones?”

La formuló el físico Enrico Fermi allá por 1950 (entre café y colegas, como toda buena idea). Y desde entonces, ha sido la forma elegante de decir ¿Dónde está todo el mundo?

Datos para entrar en calor:

• Hay más de 100 mil millones de galaxias.

• En nuestra galaxia, hay cientos de miles de millones de estrellas.

• Muchas de esas estrellas tienen planetas. Y muchos de esos planetas podrían tener condiciones similares a la Tierra.

Vamos, que estadísticamente deberíamos estar en mitad de una feria galáctica. Y, sin embargo, ni un mísero “hola” interplanetario.

¿Y si estamos solos? ¿y si no?

Aquí empiezan las teorías. Algunas dan miedo. Otras parecen escritas por guionistas de ciencia ficción con insomnio. Pero todas intentan responder a lo mismo, ¿por qué no hay señales de vida inteligente más allá de nosotros?

1. El zoo galáctico

Una de las teorías favoritas, los alienígenas sí saben que estamos aquí, pero nos observan como quien ve un documental de La 2. Sin intervenir. Porque somos demasiado primitivos… o demasiado intensos en Twitter.

2. La gran filtración

Tal vez muchas civilizaciones han existido, pero todas se autodestruyen antes de poder hablar con otros (hola, cambio climático, inteligencia artificial, guerras nucleares…). Nosotros podríamos estar antes del filtro… o después. Ambas ideas dan cosita.

3. No estamos escuchando bien

Puede que estén emitiendo señales… pero en frecuencias que no entendemos. Como si intentaras captar WiFi con un palo de escoba. O simplemente están usando una tecnología tan avanzada que ni siquiera la reconocemos como comunicación.

4. Ya vinieron… y se fueron

Sí. Quizá pasaron por aquí hace millones de años, vieron que esto era un caos de lava y dinosaurios con mala leche… y decidieron no volver.

La paradoja que pica, rasca y no te deja dormir

La Paradoja de Fermi es esa pregunta que no viene con manual, solo con una ceja levantada y un “¿y si…?”.

Porque, simplificando mucho (y aún así dejando mal cuerpo), hay dos opciones:

1. Estamos solos en el universo. Todo este universo, solo para nosotros. ¿Ego cósmico o drama existencial? Tú decides.

2. No estamos solos, pero no nos contestan. Y ahí empieza la fiesta, ¿nos ignoran?, ¿no saben que existimos?, ¿ya vinieron y se fueron corriendo?

Sea como sea, esta paradoja nos recuerda que somos una especie que lanza preguntas al cielo esperando respuestas… aunque a veces ni el eco nos devuelve la cortesía.

La Paradoja de Fermi… patrocinada por La Liga, Telefónica y con la bendición del Gobierno

Así que, mientras nos obsesionamos con la Paradoja de Fermi, preguntándonos si estamos solos en el universo, aquí en la Tierra nos damos la respuesta más "terrenal" posible, no estamos solos, pero estamos demasiado ocupados bloqueándonos entre nosotros.

¿Qué tiene que ver esto con el universo? Pues que en lugar de estar enfocados en soluciones globales y tecnológicas que podrían realmente conectar a la humanidad, estamos atrapados en un ciclo de autodestrucción digital. Cada fin de semana, durante los partidos de fútbol, la Liga y Telefónica deciden cortar muchas IPs de diferentes empresas, como si fuera un pase de magia, bloqueando, por ejemplo, un bloque completo de direcciones IP de Cloudflare, como 104.16.0.0/13 y muchas otras, para evitar que los usuarios accedan a contenido pirata en apps como Magi TV o Roja Directo en Vivo.

¿El resultado? Miles de negocios, pequeños y medianos, se ven afectados. Clientes que no pueden acceder a servicios legítimos. Tiendas online que ven caer sus ventas como si fueran goles en un partido en el minuto 90. Y lo más irónico, el problema sigue sin resolverse. En lugar de bloquear de manera eficiente las plataformas que ofrecen contenido ilegal, se prefiere cortar toda una red de acceso… y, por supuesto, sin tener la menor idea de cómo funciona la tecnología ni cómo afecta a los usuarios. Un auténtico desatino de algun iluminado que se cree que tiene poder, pero no sabe ni por dónde le da el aire.

Es como si, en lugar de estar buscando señales de vida extraterrestre, nosotros estuviéramos aislándonos y bloqueando cada intento de avance y comunicación, desde el Wi-Fi de casa hasta cualquier intento de contacto con algo más allá de nuestras fronteras tecnológicas.

Y claro, mientras seguimos cerrando puertas y subiendo muros digitales en la Tierra, la pregunta que nos dejó Fermi cobra un nuevo sentido: si seguimos así, ¿cómo podemos esperar escuchar señales del universo cuando no sabemos ni gestionar las señales que tenemos aquí, al alcance de la mano?

La paradoja, al final, no solo nos la jugamos con el espacio exterior… somos nosotros los que nos estamos desconectando. ¿Y si la razón por la que no recibimos respuestas del universo es porque estamos tan ocupados bloqueando todo lo que no nos conviene aquí, en nuestro propio planeta?

Ah, y por cierto, mientras tanto, el gobierno se hace el loco, permitiendo estos bloqueos masivos como si todo fuera normal, sin pensar en las consecuencias. Pero claro, ellos no tienen que vivir con esas consecuencias, ¿verdad? En fin, que no nos extrañe que el universo decida ignorarnos cuando nosotros mismos no sabemos ni gestionar nuestras conexiones, ni las nuestras, ni las de nadie.